Apuesta por la eficiencia: una prioridad en la gestión comunitaria
La eficiencia energética en comunidades de propietarios no solo se ha convertido en una prioridad en la agenda pública y en la gestión diaria de los administradores de fincas, sino que además es ya una obligación formal derivada de la normativa europea, concretamente del artículo 9 de la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD 2024) aprobada por la UE (fuente oficial del MITECO). Y no es para menos: los edificios son responsables del 40% del consumo energético total de la Unión Europea y del 36% de sus emisiones de gases de efecto invernadero. En este contexto, cada vez más comunidades se ven impulsadas a adoptar medidas para reducir su consumo y avanzar hacia un modelo de gestión más responsable y sostenible. Esta transformación no solo repercute positivamente en el medio ambiente, sino también en la salud financiera de las comunidades. Como recuerda Juan López-Asiain en su reciente entrevista para La Voz Digital del Sector, “rehabilitar es el camino directo a mejorar la calidad de vida, el confort y la salud de las personas en su entorno más íntimo: su hogar” (leer entrevista completa).
¿Qué medidas pueden aplicar las comunidades para ahorrar energía?
La rehabilitación energética es una de las principales vías para mejorar la eficiencia. Entre las medidas de eficiencia energética más habituales destacan el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas, la renovación de ventanas, la instalación de sistemas de climatización eficientes, como la aerotermia, o el cambio a iluminación LED en zonas comunes. Estas acciones pueden reducir el consumo energético entre un 30% y un 60%, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Energías renovables: del autoconsumo a las comunidades energéticas
La instalación de placas solares en comunidades de propietarios es una tendencia en alza, impulsada por los avances normativos y las subvenciones disponibles. El autoconsumo fotovoltaico en comunidades permite generar energía propia, reducir la dependencia de la red eléctrica y, en muchos casos, compartir excedentes con otros edificios o usuarios a través de las llamadas comunidades energéticas. Esta fórmula colectiva refuerza el sentido comunitario, potencia la autosuficiencia energética y genera ahorros sostenibles a medio y largo plazo. Además, las comunidades que apuestan por estas soluciones pueden acceder a certificaciones de ahorro energético (CAE), que no solo mejoran su perfil ambiental, sino que pueden convertirse en una vía de ingreso adicional al permitir la venta o compensación de dichos certificados en mercados habilitados para ello.
Subvenciones y fondos: un impulso clave para la transformación
Las subvenciones para rehabilitación energética han cobrado un papel esencial no solo como motor de reformas sostenibles, sino también como instrumento para cumplir con los objetivos obligatorios marcados por la nueva Directiva Europea sobre Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD 2024), que establece que todos los edificios deberán alcanzar una certificación energética igual o superior a la letra D antes de 2030. Un reto mayúsculo si tenemos en cuenta que, actualmente, el81% del parque edificatorio español presenta una calificación E, F o G . Para hacer frente a esta transformación, el Gobierno de España canaliza a través de los fondos europeos Next Generation EU subvenciones de hasta el 80% del coste de las actuaciones que mejoren la eficiencia energética de los edificios. Estas ayudas, integradas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cubren tanto intervenciones técnicas como los costes administrativos y de gestión. A nivel autonómico, se activan convocatorias complementarias, adaptadas a la realidad de cada territorio. Un actor clave en este proceso es la figura del agente rehabilitador, que acompaña a las comunidades como interlocutor técnico y gestor integral. Para los administradores de fincas y sus comunidades, es una oportunidad histórica para modernizar sus inmuebles, reducir su huella energética y adaptarse al nuevo marco normativo europeo accediendo a una financiación sin precedentes.
Beneficios económicos y medioambientales al alcance de todos
Los beneficios de las energías renovables en comunidades van más allá de la reducción de emisiones. Según los cálculos del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas, una comunidad que invierte en eficiencia puede llegar a ahorrar entre 3.000 y 10.000 euros al año en costes energéticos. Además, la mejora de la certificación energética del edificio incrementa el valor del inmueble y facilita su venta o alquiler, al cumplir con criterios de sostenibilidad cada vez más valorados por compradores e inquilinos.
Adicionalmente, el certificado de eficiencia energética es un documento obligatorio para vender una vivienda en España desde el año 2013. El notario lo exigirá en el momento de firmar la escritura de compraventa, y la ausencia de este certificado puede llegar a impedir la formalización de la operación.
El papel clave del administrador de fincas
Para que esta transición se materialice, el rol del administrador de fincas es fundamental. Su labor no solo implica gestionar trámites o presupuestos, sino también informar, asesorar y acompañar a las comunidades en la toma de decisiones. Conocer cómo mejorar la eficiencia energética en un edificio, cuáles son los pasos para pedir subvenciones y qué soluciones se adaptan mejor a cada comunidad será esencial para convertir los objetivos sostenibles en realidades concretas. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en esta experiencia real: una comunidad de propietarios en zona climática C, D o E, con 80 viviendas, logra ejecutar una rehabilitación energética integral accediendo a la subvención máxima de los fondos Next Generation EU. (Puedes verlo en este vídeo de NextGi).
Sostenibilidad aplicada: ejemplos que inspiran
Cada vez son más los casos reales de comunidades que han adoptado estrategias sostenibles con éxito. Por ejemplo, en Crevillent (Alacant/Alicante), se ha desarrollado una comunidad energética local que aprovecha la energía solar para abastecer a los vecinos, convirtiéndose en un referente nacional. Asimismo, en Carabanchel (Madrid), la comunidad energética "El sol de Carabanchel" reúne a más de 40 familias que, mediante la instalación de placas solares, buscan ser autosuficientes y reducir su dependencia de la red eléctrica convencional. Estos ejemplos demuestran que la sostenibilidad es viable, adaptable y rentable, y que no es necesario ser una gran urbanización para beneficiarse de ella.
Conclusión: una oportunidad para transformar la convivencia
La transición hacia modelos energéticos sostenibles ya está en marcha, y las comunidades de propietarios tienen la posibilidad —y la responsabilidad— de sumarse a ella. Apostar por la eficiencia energética en comunidades de propietarios no es solo una cuestión de ahorro, sino una inversión en futuro, convivencia y salud ambiental. Con el respaldo de tecnologías accesibles y subvenciones disponibles, la sostenibilidad se convierte en una aliada estratégica para los despachos de administración de fincas y para quienes viven en comunidad.
Fuentes: La Vanguardia, ¿Es obligatorio tener el certificado energético para vender un piso?
Ministerio para la de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD 2024)
Juan López-Asiain, "Rehabilitar: el camino directo a mejorar la calidad de vida de las personas"
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